Seguimos las celebraciones del XXX Aniversario de la I Sagardo-Bira, en este caso volviendo nueve años después a la única sidrería de Irún, manteniendo la tradición de comer carne en Viernes Santo.
Asistentes: Josetxu, Edu y Nesss
Al salir de allí, ya que no deja de llover, decidimos pillar un taxi enfrente del Altzola. Pero estamos dispuestos a no pagar más de 10 euros por el viaje, aunque al final los 5 minutos de taxi nos cuesta 11,30€. Había buena música, pero la preocupación del taxista era la comida familiar que iba a tener.
De comer, 3 trozos de txorizo con pan (para Edu, el gordo, pero después de tirarles fotos), una tortilla de bakalao un tanto sosa (la comparación con la de Tximista era inevitable), sendos trozos de bakalao, pelín pequeños (el de Nesss no era surimi) con pimientos verdes. Tras el bakalao, pedimos que no saque la txuleta hasta que le avisemos, a lo que asiente la camarera robótica, pero cuando, tras unos tragos se la pedimos traen (sospechosamente rápido) una txuleta sin cortar, bajo una capa de sal, pero cruda (y mira que nos gusta poco hecha!) y fría (está claro que ya la habían hecho, y no la sacaron hasta que les dijimos), y sin jugo (alerta congelaos); le pedimos que la calienten y procede sin pedir disculpas; está más comestible la segunda vez que la traen pero sólo templada así que vuelve a enfriarse enseguida y tenemos que pedir que la recalienten por segunda vez cuando estamos llegando al hueso; vista la experiencia, no pedimos una segunda porque tampoco era ninguna maravilla de sabor. De postre, seis trozos de queso y membrillo (dos cada) y unas nueces aptas para hacer sangre en La Semana de Pasión. Total, 114 euros (38€ cada), pero un aprobado muy bajo en el apartado gastronómico.
Volvemos a conseguir que se llene el local después de entrar nosotros. A ver si la asociación de hosteleros de Irún tiene algún detalle con nosotros! Al principio le costó aparecer a la txotxera y temimos las colas que podían formarse al estar toda la sala llena, pero al final no fue para tanto, porque mucha gente no se levanta de su sitio (por ejemplo, el de la camiseta amarilla 5XL de la mesa de al lado, un SC (sin cuello), que haría parecer delgado a Jabba The Hutt; Edu incita a Josetxu para que disfrute de una vista trasera del espécimen). En nuestra mesa, los cinco del otro extremo se componen del doble de Meat Loaf, un señor que podría ser su padre, otro su tío, y una pareja de jóvenes. Entre los ocho de la mesa, haríamos un buen equipo de sokatira que costaría mover y cumpliría con la cuota de mujeres del 12,5%. Gina, una americana de New Jersey residente en Italia, con la mano lesionada (Edu formula una teoría de las suyas sobre este particular), le hace un video a Josetxu en el txotx. Pese a las instrucciones en algunas kupelas de lo que no hay que hacer en el txotx, la gente en general no tiene mucha idea y la txotxera tiene que embroncarles una y otra vez. Los hijos de las milf y sus parejas de PP o Vox (qué más da), se escapan a escanciar a solas para sus progenitores y la txotxera los manda a capar ranas si no vienen con sus padres. Aunque en el caso de las tiktokers (aka el grupo de Itxasne, según el grupo de Tudela) hace falta darles más formación y que escuchen o vean más videos. Nuestros compañeros de mesa nos adelantan comiendo en un pispás. Meat Loaf marca un ritmo bestial.
En un momento dado, la txotxera nos lleva al foso para abrir la kupela que está aparte. Edu y Josetxu corean el nombre de Nesss, que había pedido esa apertura y sale como una bala tras la txotxera, y el nombre de Nesss es jaleado por bastante gente, especialmente la cuadrilla de Tudela de despedida de soltero de Unai, famoso por sus irrintzis, saliendole mejor el segundo que el primero. Nesss le secundó un par de ocasiones, forzado por todos los que coreaban su nombre, pero acabando los irrintzis, aunque no fuera el modo ortodoxo (casi acude a la sidrería algún urogallo herido de amor ante tan magnífico cántico). En aquel foso, bajo la lluvia (ya no tan intenta) caen no pocos txotxes y no pocas risas con los de Tudela, habiendo momentos de recuerdo a Gladys con esa cuadrilla.
Cuando pedimos la cuenta, a la hora de poner el dinero, Edu se va con la txotxera, haciendo aspavientos para que le sigamos. Eso hace que Nesss se quede con el resto del dinero y la cuenta. Aprovecha para abrir la botella de agua e hidratarse, qué rica! Al final, atendiendo a la recomendación de una señora que parece la dueña del local, toma la cuenta y el dinero de Josetxu y suyo y va a pedirle su parte a Edu, moroso. Pero a Edu no parece preocuparle lo de pagar y se concentra en beber más con la txotxera, ya en solitario, y en intercambiar algún video y foto con Gina, la manca de new Jersey. Luego hay estampida en el local, y es que es la hora de cierre de las kupelas. Los de Tudela acaban aclarándose dónde hay más marcha, si en Irún o en Hondarribia, y somos los últimos en salir.