Ola (Irún): ;Marzo 29, 2024

Seguimos las celebraciones del XXX Aniversario de la I Sagardo-Bira, en este caso volviendo nueve años después a la única sidrería de Irún, manteniendo la tradición de comer carne en Viernes Santo.

Asistentes: Josetxu, Edu y Nesss

Previo

Josetxu toma un Pesa a las 10:00 para llegar a Donostia hacia las 11:30. Ahí se junta en el primer vagón del Cercanías que Edu y Nesss han pillado en Hernani- Erdia a las 11:44 y para en Donostia a las 11:59. Sorprendidos por la extraña puntualidad de Renfe, llegamos a la hora prevista a Irún, a las 12:26. Han tirado parte de la estación de Irún (como avisó una irundarra a Edu en el tren a Donosti) y salimos por un sitio diferente a hace 9 años. Ante las dudas sobre cómo ir a la sidrería (con otro tiempo, sin duda iríamos andando pero no es el caso, hace un tiempo de perros y llueve que se mata, aunque con paraguas acabamos con las patas caladas), hacemos tres paradas técnicas por la cuesta de Moscú, en Irungo Atsegiña (sendos pintxos y sidras a 1,20€), La Eskina de Moscú (sidras a 1,10€) y el Sunbilla (sidras a 0,90€). En los dos primeros, damos ambiente y se llenan justo después de que entremos, aunque a Google le cuesta actualizar su nivel de ocupación. Al segundo no volveremos por demasiado tropical. En el tercero, huele muy bien al entrar (y no hablamos de comida) y la cuadrilla de jubilados bebe rápido y se va de golpe. Edu comenta que Josetxu y Nesss están buenos. Pues mal se nos tendrá que dar el día...

Al salir de allí, ya que no deja de llover, decidimos pillar un taxi enfrente del Altzola. Pero estamos dispuestos a no pagar más de 10 euros por el viaje, aunque al final los 5 minutos de taxi nos cuesta 11,30€. Había buena música, pero la preocupación del taxista era la comida familiar que iba a tener.

Sidrería

Frontón y parque infantil a la entrada. Después, barra y mesas para comer fuera de la sidrería. Tras un pasillo donde están los baños, gran sala con 8 kupelas tumbadas y 2 gigantes de pie (de unos 6m de altas, no recordamos cuantos miles de litros), todas de madera (al menos por fuera...), a la derecha. Todas ellas con nombres de montes de la zona, dos de las kupelas tumbadas abiertas para el respetable y una txotxera para ir abriendo el resto. A la izquierda, muchas mesas de madera preparadas. Sobre las kupelas tumbadas hay un balcón al que no se puede acceder con muchas copas y txapelas (el dueño fue un buen segalari antes que sidrero, según nos contaron), pero también había trofeos por la sidra. La camarera pizpireta de coleta juega un poco al escondite para decirnos la ubicación y que pilláramos los vasos... pero Edu ya había encontrado para entonces la mesa 123 con el cartelito con el nombre del que reservó. En el extremo izquierdo de la mesa se esperaban cinco personas. Por cada grupo, dejan un botella de agua y mosto de sidra del local, para los que no beben alcohol.

De comer, 3 trozos de txorizo con pan (para Edu, el gordo, pero después de tirarles fotos), una tortilla de bakalao un tanto sosa (la comparación con la de Tximista era inevitable), sendos trozos de bakalao, pelín pequeños (el de Nesss no era surimi) con pimientos verdes. Tras el bakalao, pedimos que no saque la txuleta hasta que le avisemos, a lo que asiente la camarera robótica, pero cuando, tras unos tragos se la pedimos traen (sospechosamente rápido) una txuleta sin cortar, bajo una capa de sal, pero cruda (y mira que nos gusta poco hecha!) y fría (está claro que ya la habían hecho, y no la sacaron hasta que les dijimos), y sin jugo (alerta congelaos); le pedimos que la calienten y procede sin pedir disculpas; está más comestible la segunda vez que la traen pero sólo templada así que vuelve a enfriarse enseguida y tenemos que pedir que la recalienten por segunda vez cuando estamos llegando al hueso; vista la experiencia, no pedimos una segunda porque tampoco era ninguna maravilla de sabor. De postre, seis trozos de queso y membrillo (dos cada) y unas nueces aptas para hacer sangre en La Semana de Pasión. Total, 114 euros (38€ cada), pero un aprobado muy bajo en el apartado gastronómico.

Volvemos a conseguir que se llene el local después de entrar nosotros. A ver si la asociación de hosteleros de Irún tiene algún detalle con nosotros! Al principio le costó aparecer a la txotxera y temimos las colas que podían formarse al estar toda la sala llena, pero al final no fue para tanto, porque mucha gente no se levanta de su sitio (por ejemplo, el de la camiseta amarilla 5XL de la mesa de al lado, un SC (sin cuello), que haría parecer delgado a Jabba The Hutt; Edu incita a Josetxu para que disfrute de una vista trasera del espécimen). En nuestra mesa, los cinco del otro extremo se componen del doble de Meat Loaf, un señor que podría ser su padre, otro su tío, y una pareja de jóvenes. Entre los ocho de la mesa, haríamos un buen equipo de sokatira que costaría mover y cumpliría con la cuota de mujeres del 12,5%. Gina, una americana de New Jersey residente en Italia, con la mano lesionada (Edu formula una teoría de las suyas sobre este particular), le hace un video a Josetxu en el txotx. Pese a las instrucciones en algunas kupelas de lo que no hay que hacer en el txotx, la gente en general no tiene mucha idea y la txotxera tiene que embroncarles una y otra vez. Los hijos de las milf y sus parejas de PP o Vox (qué más da), se escapan a escanciar a solas para sus progenitores y la txotxera los manda a capar ranas si no vienen con sus padres. Aunque en el caso de las tiktokers (aka el grupo de Itxasne, según el grupo de Tudela) hace falta darles más formación y que escuchen o vean más videos. Nuestros compañeros de mesa nos adelantan comiendo en un pispás. Meat Loaf marca un ritmo bestial.

En un momento dado, la txotxera nos lleva al foso para abrir la kupela que está aparte. Edu y Josetxu corean el nombre de Nesss, que había pedido esa apertura y sale como una bala tras la txotxera, y el nombre de Nesss es jaleado por bastante gente, especialmente la cuadrilla de Tudela de despedida de soltero de Unai, famoso por sus irrintzis, saliendole mejor el segundo que el primero. Nesss le secundó un par de ocasiones, forzado por todos los que coreaban su nombre, pero acabando los irrintzis, aunque no fuera el modo ortodoxo (casi acude a la sidrería algún urogallo herido de amor ante tan magnífico cántico). En aquel foso, bajo la lluvia (ya no tan intenta) caen no pocos txotxes y no pocas risas con los de Tudela, habiendo momentos de recuerdo a Gladys con esa cuadrilla.

Cuando pedimos la cuenta, a la hora de poner el dinero, Edu se va con la txotxera, haciendo aspavientos para que le sigamos. Eso hace que Nesss se quede con el resto del dinero y la cuenta. Aprovecha para abrir la botella de agua e hidratarse, qué rica! Al final, atendiendo a la recomendación de una señora que parece la dueña del local, toma la cuenta y el dinero de Josetxu y suyo y va a pedirle su parte a Edu, moroso. Pero a Edu no parece preocuparle lo de pagar y se concentra en beber más con la txotxera, ya en solitario, y en intercambiar algún video y foto con Gina, la manca de new Jersey. Luego hay estampida en el local, y es que es la hora de cierre de las kupelas. Los de Tudela acaban aclarándose dónde hay más marcha, si en Irún o en Hondarribia, y somos los últimos en salir.

Epílogo

Cuando salimos sigue lloviendo, pero menos, así que nos animamos a bajar andando junto a la carretera. En el bar Yenes y en el Txingudi Rugby Taberna Irungo Batzokia (jarrll, que nombre tan largo para un bar tan pequeño) hacemos dos paradas técnicas para beber la bebida favorita de Josetxu: los kalutxikis, consistentes en tres tintos del año y una pepsi o cocacola, lo que tengan en el local. Pillamos el tren de vuelta a Donostia en el caso de Josetxu (para pillar un Pesa a Bilbo), y a Hernani- Erdia en los otros casos. Ya en Hernani Edu y Nesss toman avituallamiento en el Aralar, con los habituales pintxos de chorizo cocido y mejillón relleno, otro trago en el Garin, y a cenar hacia las 21:30 fuet, chorizo picante, queso y pipas en Nesss's regados de agua, qué rica. Fin del Viernes Santo, por Dios, qué pasión!